Para que te
hagas una idea, es una especie de tostada francesa (dulce) rellena de dos tipos
de jamón y queso suizo fundido. El contraste es bestial.
Esta es la
versión fit, por supuesto. Los "originales" llevan un buen rebozado
con mantequilla, están fritos y los sirven con azúcar glass por encima y
mermelada. Un food porn en toda regla. Pero por esa misma razón no nos vamos a
privar de ello y vamos a convertirlo en un platazo guilty-free.
INGREDIENTES:
Dos rebanadas
de pan de molde integral
Una loncha de
jamón de pavo
Una loncha de
jamón cocido
Una loncha de
queso mozzarella (cualquiera que funda sirve)
1 huevo batido
o dos claras (si el pan es muy grande, 1 huevo + 1 clara o 3 claras)
Edulcorante
líquido, stevia o el endulzante que uséis.
Especias:
pimienta negra, canela y sal.
Miel, sirope
de ágave, caramelo o mermelada.
PROCEDIMIENTO:
1. Batimos el
huevo o las claras junto con la pimienta negra, la canela y una pizca de sal.
Agregamos un chorrito de edulcorante y reservamos.
2. A
continuación montaremos nuestro sándwich, como si hiciéramos uno normal:
rebanada de pan, jamón, queso, pavo, y la otra rebanada de pan. Tenemos que
procurar que el relleno no sobresalga mucho del pan. Para evitarlo podemos
sellar suavemente los bordes del sándwich un tenedor.
3. Ponemos una
sartén a calentar, engrasada con un poquito de aceite, a fuego medio-bajo. Con
mucho cuidado sumergimos el sándwich en la mezcla, primero por un lado y luego
por el otro hasta que quede bien empapado. Y rápidamente lo traspasamos a la
sartén.
4. Dejamos que
el sándwich se haga por un lado (más o menos lo mismo que tarda una tortilla
francesa) y luego lo giramos.
5. Cuando esté
suficientemente compacto, con la ayuda de una espátula o unas pinzas, podemos
marcarlo por los lados.
6. Retiramos
el sándwich del fuego y lo acompañamos con un buen chorro de miel/ sirope de
ágave por encima/mermelada y espolvorear coco rallado. (Para el de la foto
experimenté con poner espinacas, puedes probarlo)
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